Es un espacio que busca incluir a los jóvenes-adultos en el servir a Dios a partir de proyectos de ayuda al prójimo, dando testimonio del Evangelio de Cristo.
En Mateo 25: 35-40 (el pasaje del juicio de las naciones) toma relevancia el parámetro que Dios tendrá en cuenta al justificar a los hombres:
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel y vinimos a ti? Y respondió les dijo: de cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
Cuando uno quiere involucrarse en el camino del altruismo y la solidaridad, lamentablemente la sociedad es muy escéptica. Se cree que siempre hay un doble fin o moral atrás de la ayuda. Este status que lleva a que las personas no se involucren.
Por eso hemos tomado la decisión de constituirnos en una asociación civil. Buscamos generar confianza...
También nos importa la protección y la seguridad de los recursos humanos y económicos que forman parte de la institución.
Una asociación está formada por asociados. El estatuto regula su admisión, obligaciones y derechos.
Podrán ser asociados activos todas aquella personas humanas mayores de 18 años que estén dispuestos a servir y colaborar en los proyectos e iniciativas de la institución.
También podrán actuar como benefactores aquellas personas humanas o jurídicas, que en atención a méritos personales o donaciones sean merecedores de tal distinción.
Ahora, si querés colaborar como facilitador (voluntario), debes reunir entre otras características: